domingo, 13 de marzo de 2011

SIMPLEMENTE CARLIGOCHI: Mirando a Japón y pensando en quiénes somos.

Hoy me he vuelto a levantar con una presión horrible en el pecho que pensé había dejado en España...y es que, desde que el viernes decidí abrir varios periódicos digitales para saber qué es lo que estaba sucediendo en Japón no puedo dormir bien y esa terrible sensación de ahogo me acompaña cada minuto del día.


Cuando era joven y rebelde, una adolescente inconformista, desarrollé una especie de empatía enfermiza que hacía que sintiese el sufrimiento de los demás como el mío propio. Me encantaba ver películas de carácter social con mucho sufrimiento y vidas destrozadas que imaginaba yo podía salvar, y tras la cual me quedaba destrozada horas, a veces me marcaban durante días haciéndolas protagonistas de mi vida. Siempre imaginé que trabajaría ayudando a los demás, en concreto a niños y niñas con menos recursos y vidas bastante jodidas. Nunca he podido soportar el sufrimiento de un niño o de un animal, efectivamente, he escrito animal. No hay nada que más me joda que ver como se daña a seres que no pueden defenderse por si solos.

Pero todo esto cambió cuando empece a ser yo la protagonista de esos dramas y la realidad empezó a superar a la ficción. Entonces decidí no volver a ver las noticias, ni a leer un periódico...lo cual acabó convirtiéndome en una mujer sin alma y sin capacidad de sentir nada por el sufrimiento de los demás, ni por el mío propio. Todo esto fue un proceso más largo y lleno de turbulencias emocionales, pero al final acabé siendo una mujer sin corazón. Mi compañero del alma, ya no podía serlo al no tener alama; y me decía una y otra vez, “eres fría, te has convertido en otra persona”. En realidad lo hice, pero hace unos meses volví sentirme yo misma y a querer querer, lo cual me llevo a volver a mostrar interés por la vida de los demás y a abrir un montón de ventanas en busca de lo sucedido en Japón.


Lo primero que pensé es, es Japón, una super potencia con infraestructuras más que preparadas para este tipo de sucesos y una tecnología capaz de hacer frente a esto. Pero, obviamente, me equivocaba, y con cada palabra que leía iba sintiendo que mi corazón se hundía un poco más hasta abrirse paso por mi espalda...Sentí que me ahogaba...sentí que eramos vulnerables, lo somos; y empecé a pensar en todas esas caritas que ahora formaban parte de la tierra y que ayer estaban jugando, o practicando un simulacro anti-terremotos. Todo esto hizo que me pusiera fatalista y empezase a recordar películas como The Road (La Carretera), no puedo evitar pensar estas cosas cada vez que la naturaleza nos grita que somos finitos y sólo somos una especie más a la que deja habitar en sus verdes valles. Especie que la maltrata y de lo más parasitaria. Con todo esto no voy a empezar a divagar sobre el cambio climático y la mano del hombre, ya que no tengo los conocimientos necesarios para saber hasta que punto esta teoría es cierta y nosotros responsables. Desde mi ignorancia científica, siempre he pensado que todo es finito y nosotros como especie lo somos. Algún día dejaremos de existir tal y como somos ahora y nos convertiremos en otra cosa, y la tierra igual. Un día formó los continentes que ahora conocemos y en un futuro, más o menos lejano, los cambiará y surgirán nuevas especies, así que supongo que este tipo de cosas eran inevitables hasta cierto punto. Pero nosotros, hemos ayudado a destruir el planeta que nos dio la vida tal y como se nos presentó en un principio. Mirar ahora esas centrales nucleares, no sólo nos dañarán a nosotros como especie, sino que miles de especies más, tanto animales, como vegetales, se verán perjudicadas por algo que es producto del hombre. Así que amigos, deberíamos empezar a dirigir esa inteligencias, de la que tanto presumimos, hacía cosas más constructivas que sean, de algún modo, sinónimo de vida. Olvidémonos de crear cosas potencialmente peligrosas que en su definición llevan intrínseca la palabra peligro, creemos para vivir y no para morir, ya que nuestra vida en la tierra es finita, estamos aquí de prestado y quién no respeta a su madre no sé respeta a sí mismo. No somos una especie especial, ni valemos más que las demás, así que pensemos que estamos aquí de paso.

Esto no pretende ser un escrito sobre el fin del mundo, bla, bla, bla; ni mucho menos despertar conciencias, pero cada vida perdida en el desastre de japón merece que nos planteemos qué estamos haciendo y qué queremos hacer, así que imaginaros la de tiempo que deberíamos emplear en pensar en esto....


Se despide una mujer difícil


*Imagen de la película El Verano de Kikujiro


viernes, 11 de marzo de 2011

SON SUS COSTUMBRES Y HAY QUE RESPETALAS III PARTE: COSAS CURIOSAS COMO EL DUELO DE PAÑOS O MI “ALFREDO” PARTICULAR

El día 15 se acerca y mis dedos aún no han bailado para vosotr@s, es el momento de estrenar una nueva entrega de Son Sus Costumbres y Hay Que Respetarlas.


Primero hablaremos del duelo de paños. Seguro que muchos estáis estrujando vuestros cerebros para saber de qué se trata, y es que este blog es casi tan importante como...no sabría deciros cómo que, así que lo dejamos como que es tan importante. El caso es que cada mañana asomo mi cabeza por la ventana y entro en una especie de vórtice temporal que me traslada a tiempos más lejanos, donde no existían esos palos terminados en un montón de pelos locos llamados fregonas. Ni si quiera el OpenOffice quiere reconocerme la palabra...Puede que en realidad no exista y sea yo la equivocada, pero mis vecinas abren sus puertas, sacan sus cubos con agua, cogen un trapo, no sé porque pero estos trapos parecen siempre llenos de mierda, y limpian sus ventanas, suelos, puertas, aceras....con el trapo, agachadas sobre sus rodillas, ejercitan sus cuerpos como antaño para que sus casas brillen con gran alegría. Las casas pueden ser alegres así que no os sorprendáis ante tan osado adjetivo. Uno puede pensar que eso es debido a su edad, pero tengo que decir que muchachas jóvenes, o adultos como mi casero, también usan este método para dar, o quitar, color a sus vidas. Así que he pensado, y de echo lo he hecho, probar el trapo, aunque no para los suelos...bendito Manuel Jalón Corominas, y no está mal, aunque no desterraré jamás a mi amiga la fregona, la cual hace mi vida más fácil y a mi espalda menos esclava.


Segundo, y no por ello menos importante, hablemos de mi “Alfredo”, producto de mi imaginación, hace que me sienta en una película de Giuseppe Tornatore , concretamente en Cinema Paradiso. Creo que alguna vez os he hablado de mi vecino Giusepe, al cual llamo así porque me gusta, en realidad se llama Joseph.

Joseph, Giusepe o Alfredo, es viudo y vivo sólo en la casa de las plantas. Su salud no es la de un deportista pero puede permitirse correr con sus nietos mientras gritan, “¡Estoy vivo y soy feliz!” Casi todos los fines de semana vienen a visitarle los gemelos terremoto y es entonces cuando oigo a Giusepe reir. Imagino que es como ese Alfredo de Cinema Paradiso que enseña al joven Totó a amar el cine. Pero en este caso, Totó se ha convertido en dos pequeños granujillas enamorados de las historias que cuenta su abuelo, ellos siempre ríen.

Giusepe, corre calle abajo detrás de los gemelos terremoto. Alfredo canta en su terraza al ritmo que marcan los granujas de sus nietos. Joseph es feliz cuando ellos están ahí. Giusepe, Alfredo y Joseph esperan con ansía la invasión semanal de sus nietos, quieren que su soledad sea colonizada.

Pero Giusepe y Alfredo no existen más que en mi imaginación, aunque es muy probable que ésta sea la verdadera vida de Joseph.

Se despide una espectadora casual.

martes, 1 de marzo de 2011

PRIMER MES EN LA ISLA, NO ESTAMOS PERDIDOS....


Hace poco más de un mes corríamos por el aeropuerto para no perder el último avión, lo que no quiere decir que no haya más aviones, pero no significarán lo mismo que éste y no irán, de momento, tan cargado de nosotros.


Cuando pensé en escribir algo a modo de celebración por nuestro primer mes aquí, imaginaba que os hablaría de mi día a día, de cómo hemos ido acoplándonos, de mi inglés, del nuevo Sergio-andador, del pan, de las noches sin ruidos y las campanas compañeras, pero al final sólo salen de mis dedos frases cargadas de mí que quieren plasmarse en una hoja en blanco que no se puede romper.


Estamos aquí y estamos viviendo un sueño. Sin miedos y sin prisas. Todos los obstáculos que van apareciendo se solucionan rápida y fácilmente, sin dificultad y sin darle mayor importancia. La isla nos ha absorbido y quiere que seamos suyos, realmente no me importa....Estoy aquí y ahora, eso es lo que importa.


Me siento feliz y cada día voy construyendo mi hogar. Donde voy necesito crearlo y no me resulta difícil. En pocos días he conseguido domar las paredes de mi casa, soy la encantadora de viviendas y no importa donde esté, siempre podré crear el rinconcito de Carligochi.


Me siento activa, perceptiva y abierta a experimentar lo que la isla quiera ofrecerme. Hoy tocan clases de inglés, mañana espero sumergirme en el mediterráneo con mi esnórquel y hablar con los peces.


La isla me ha hipnotizado y cada noche me lleva a un lugar más cálido, y es que hacía mucho que no soñaba contigo y llevo varios días en los que tú eres la protagonista de mis noches. Creo que es porque en cada gran cambio en mi vida siempre pienso en lo que tú me dirías y cómo sería si lo estuvieras viviendo conmigo, y creo que te encantaría la isla. Siento que es un sueño que estoy realizando y que tú no has podido. Siento que si estuvieras aquí sentirías lo mismo que yo y siento que siempre estás conmigo dando pasitos hacía una vida mejor, o por lo menos, más bonita y relajada. Sé que siempre me preguntaré qué harías tú si....qué me dirías si....es algo que no podemos evitar los que hemos perdido a alguien tan importante cuando todavía estábamos construyéndonos un yo y aún dormíamos bajo las mantas del calor materno. Siento tantas cosas que a veces creo que me va a explotar el pecho porque aún te echo de menos y te quiero cada día más, pero hace ya tiempo comprendí que siempre vivirías en mis recuerdos y en la cara que veo cada mañana en el espejo, así que no te preocupes sirena del mar mediterráneo porque ahora estoy más cerca de ti y algún día me sumergiré en sus cálidas aguas para volver a oler tu piel. Te quiero Sirena del Mar Mediterráneo.



Hoy soy Simplemente Carligochi.